En esta columna repaso varios aspectos relativos a la memorización. Entre ellos, su poco benéfica asociación con el conductismo, su condición de requisito no exhaustivo para el aprendizaje y la importancia que ha cobrado desde comienzos del milenio en el contexto de la Teoría de la Carga cognitiva.
La memoria humana es altamente falible e imprecisa. Lo peor es que, en nuestra incapacidad para analizar los recuerdos desde una perspectiva objetiva, creemos todas las historias que nuestra mente nos narra con suficiente verosimilitud.