Cuando los políticos mienten
En medio del proceso previo a la consulta ciudadana por la adquisición del terreno para el Parque IANSA han surgido, como era de esperar, posiciones opuestas tanto a favor como en contra.
Esta columna surge del ruido que causó en mis redes sociales una serie de historias que compartí por Instagram respecto de la manera en que los políticos comunican la información de modo que resulte para su conveniencia e interés personal. Se apoya también en mi preocupación como educador de que la gente no sea capaz de interpretar 1) cifras que, en tanto guarismos, no admiten dobles interpretaciones y 2) deducciones lógicas tan simples como un silogismo. No puedo sino estar seguro de que el mismísimo Aristóteles se revuelca en su tumba cada vez que alguien no comprende un razonamiento de este tipo.
Pongamos las cosas en contexto. El día 2 de octubre de 2022 se realizará en la comuna de Linares una consulta ciudadana para que la población local manifieste su voluntad respecto de la propuesta de comprar un terreno de 6,9 Ha. que históricamente ha pertenecido a IANSA con la intención de construir allí un parque urbano.
Entre los argumentos a favor del proyecto se encuentran la carencia de áreas de similares características, la preservación de parte del patrimonio material e inmaterial de la ciudad y el aprovechamiento de un área que actualmente se encuentra en desuso y que tiene un potencial enorme por diversas razones. Al menos eso es lo que reza el folleto con que la municipalidad lo promociona a través del sitio web del proyecto.
En el extremo contrario se encuentran los argumentos en contra, de los que surge, a partir de un discurso eminentemente visceral, el conflicto que da origen a esta columna. Estos se pueden más o menos resumir en una pregunta: ¿Por qué invertir en un parque cuando hay tantas otras necesidades en la comuna? Dos de esas necesidades serían una mayor inversión en salud y en vivienda, y la verdad es que si se piensa así, parece bastante lógico. Pero pensar que algo es válido solo por resultar favorable al sentido común, es un fenómeno conocido en psicología como efecto del falso consenso. Basta revisar las cifras —1.400 millones de pesos, algo así como un 2,5% del presupuesto municipal de los años 2022, 2023 y 2024—, para darnos cuenta de que también resulta coherente gastar una fracción así del presupuesto en eventuales nuevas áreas verdes (y digo eventuales, porque es cierto que este monto solo considera la adquisición del terreno).
Como parte de la campaña de promoción de su proyecto, el alcalde de Linares, Mario Meza realizó un directo a través de su cuenta de Instagram, donde respondió desde su perspectiva varias dudas de la comunidad. Uno de sus comentarios es el siguiente (cita textual):
"Pero cuando dice la gente «no, es que faltan médicos». Bueno, un médico gana 3 millones de pesos en un consultorio, diez médicos son 30 millones de pesos al mes y al año esos mismos diez médicos son 360 millones. Es más caro que el valor de cuota de IANSA, pero además, yo les pregunto, ¿con más médicos desaparecen los enfermos? ¡No desaparecen los enfermos!"
Colgándose de esto es que la doctora y dirigente regional de FERFUMAPS, Mariluz Chaparro publica en sus redes sociales un comentario que considera dos elementos relevantes para este análisis: 1) "Ningún médico en la comuna de Linares gana 3 millones" y 2) "Sale en conferencia diciendo que condena agresiones a los funcionarios de salud y después hace este video diciendo que es más importante comprar un terreno que invertir en la salud de Linares". Finaliza diciendo "Basta de mentiras", agregando en casi todas sus oraciones un doble siglo de exclamación de cierre, como en un intento por otorgarle más energía a su comentario.
Y eso es lo que da título a esta columna. Las personas que leen comentarios como este en redes sociales no tienen por qué conocer las cifras (aun cuando estén disponibles de manera pública) ni tienen a priori razones para desconfiar de una persona que publica un mensaje de este tipo en sus redes sociales. Sin embargo, yo las tenía. Por motivos que no tiene sentido mencionar, había estado revisando personalmente algunas planillas de remuneraciones en el Portal de Transparencia y, aun cuando mi memoria es frágil en términos de precisión, me parecía que su análisis hacía agua por todas partes.
En una primera historia de Instagram, compartí información extraída del Portal de Transparencia, respecto de las remuneraciones de la dotación de planta del Hospital de Linares a julio de 2022. Entonces había 46 médicos contratados con un sueldo bruto superior a 3 millones de pesos, por lo que parecía haber confirmado mi hipótesis. Sin embargo, las respuestas en defensa del comentario de la doctora no tardaron en llegar. Al parecer yo me habría equivocado al no considerar que el Hospital Base recibe una mezcla de financiamiento estatal y municipal.
Y aquí es donde tenemos que hacer el primer alto: si usé la información del HBL no fue en un intento por defender al alcalde ni para mostrar que la municipalidad gastaba una gran cantidad de dinero en sueldos de médicos. Mi propósito era conseguir información que me permitiera contrastar dicha información con el primer dicho de la doctora Chaparro—que en esta comuna ningún médico gana 3 millones. Cualquier persona con un primer curso de lógica encima y que haya prestado suficiente atención, sabe que a partir de las proposiciones P (Es cierto que ningún médico gana 3 millones en la comuna de Linares) y ~P (No es cierto que ningún médico gane 3 millones en la comuna de Linares) solo se puede obtener un resultado: una contradicción. Bastaba con encontrar un médico de la comuna que ganara eso para destruir el argumento de la doctora y, de hecho, había más de uno.
De todos modos, como el foco de los comentarios en contra de mi análisis tenía que ver más bien con un conflicto con la persona del alcalde que con la tesis que yo proponía (una falacia ad hominem) —y con la intención de complementar la información antes compartida— recurrí nuevamente al Portal de Transparencia. En esta ocasión el órgano en cuestión fue la Municipalidad de Linares. Un breve recorrido por el menú en busca de las asignaciones del personal de planta correspondiente al área de salud en el mes de julio de 2022, me encontré con 6 médicos con remuneraciones brutas sobre 3 millones y otros 5 que se aproximaban bastante a ese monto. El bote tenía cada vez más agua dentro. Estos, pagados por la municipalidad (pero no necesariamente con fondos propios, sino también los adquiridos vía transferencia estatal).
Con cada historia que compartía, seguían llegando comentarios a mis publicaciones. Uno de ellos, versaba sobre lo que la autora (funcionaria del sistema de salud público) describe como mi absoluto desconocimiento sobre "la carrera funcionaria" que se traduce en que "los médicos que más ganan tienen entre 20 y 25 años de experiencia en el área pública". Aquí me pregunté: ¿Me habré expresado mal? ¿Será tan mala la comprensión lectora de mis seguidores? ¿En qué momento critiqué o mencioné siquiera que estuviera mal que los médicos tuvieran esas remuneraciones? Además, estamos frente a otra falacia argumentativa: una de tipo ad verecundiam, trabajar en el sistema de salud no valida automáticamente todas tus opiniones sobre este.
Después vinieron otros comentarios incluso más propios de un conspiracionista como Salfate que de un cristiano corriente. Resulta que el alcalde tendría convenios secretos y maquiavélicos con los dueños de IANSA que justificarían su interés por adquirir este terreno de su propiedad. Pedí pruebas, pero tal y como ocurre cuando uno pide pruebas de una abducción, no las había (una falacia ad ignorantiam). La verdad es que así me parece fácil acusar a cualquiera de cualquier cosa.
Aquí es donde el asunto se pone aún más interesante. Bastó que pasara de la planilla con las remuneraciones de la dotación de planta a revisar las de la dotación a contrata para encontrarme con un nombre conocido: Mariluz Chaparro Peña, Médico Cirujano, con una remuneración bruta mensualizada al mes de julio de 2022 de $2.527.162. Me pareció realmente interesante descubrir lo que a todas luces se podría catalogar como un caso comprobado de amnesia conveniente.
Y sí, podríamos argumentar que 2,5 no es mayor que 3 y que, por tanto, la doctora Chaparro hablando desde su experiencia personal efectivamente no gana 3 millones; pero tampoco creo que ese haya sido el meollo de su respuesta al comentario del alcalde. De todos modos en esta planilla, también aparecen otros médicos con remuneraciones brutas sobre los 3 millones de pesos, que rectifican mi conclusión inicial. Todo esto, sin considerar que varios de los médicos de la lista también tienen una consulta privada donde generan más ingresos.
Otro comentario en defensa del segundo elemento que resalté respecto del comentario de la doctora (sobre el alcalde poniendo más énfasis en el área inmobiliaria que en el área de salud), fue la disminución del aporte municipal (es decir, aquel que proporciona la municipalidad directamente de sus arcas y no vía transferencia de fondos de otras entidades públicas como el APS) que se deriva de la gestión del actual alcalde de Linares en comparación a lo que su predecesor, Rolando Rentería, aportaba. Ante la duda, recurrí una vez más al que a estas alturas se estaba convirtiendo en un muy buen amigo: el Portal de Transparencia. En 2015, cuando Rentería era alcalde de Linares, la Municipalidad de Linares asignó 263 millones de pesos de su presupuesto anual al DECOSAL.
En cambio, a julio de 2022, el presupuesto anual vigente por el mismo concepto era solamente de 150 millones, una disminución del 43% (o un poco más si se considera la inflación).
Sin embargo, basta revisar un par de filas más arriba para verificar que el Servicio de Salud ha pasado de proporcionar 4.144 millones de pesos en 2015 a 11.880 millones de pesos en 2022, es decir, un monto que casi triplica el anterior. Situación similar ocurre al analizar los aportes provenientes del tesoro público y de otras entidades públicas. Aun luego de reajustar los valores a la inflación —que entre enero de 2015 y enero de 2022 es de un 3,87% anualizado— parece que el problema no se encuentra en la cantidad de recursos financieros disponibles.
La verdad es que en este análisis me he visto en la obligación de dejar fuera muchos otros comentarios. No incluí, por ejemplo, aquellos que apoyaban mi postura ni tampoco aquellos que consideraban información de la que no tengo pruebas fehacientes, porque así es fácil caer en un sesgo de confirmación y en las mismas falacias lógicas de Chaparro y sus defensores. Tampoco incluí los que me parecían demasiado propios de una lógica infantiloide, como aquellos en que se intentaba defender la mentira de la dirigenta aludiendo a que el alcalde también miente.
El tema de esta columna es multifactorial y multidimensional en tanto admite un contraste con un montón de otras fuentes de información disponibles. Sin embargo, creo que el punto ha quedado más o menos claro. Por si no, hago un recuento de algunas de las ideas principales.
Hay que reconocer no tiene mucho sentido justificar la no contratación de nuevos médicos en que hacerlo no elimina a los enfermos y también hay que reconocer que en la comuna de Linares sí hay médicos que ganan 3 millones de pesos.
Mi columna, aunque pudiera parecerlo, no es una apología al Proyecto de Parque Iansa. En lo personal me gusta la idea, pero efectivamente hay que considera que este gasto inicial de 1.500 millones no se traduce en la maqueta que se muestra como parte de la promoción. Sin embargo, también es cierto que para hacer un queque primero hay que comprar harina.
Me parece correcto que se haya considerado a la población local en la decisión de un proyecto que demanda una fracción no poco relevante del presupuesto de la ciudad, por lo que insto a todas las personas a participar de este proceso democrático.
No hay problema alguno en ningún área de nuestra vida que se resuelva únicamente aumentando el caudal de recursos financieros que la Municipalidad o el Estado le designen para ello. La disponibilidad de capital humano y la adecuada implementación de los cambios asociados a cada gasto es al menos igual de importante.
Ya sea que los fondos para el sector público los proporcione la Municipalidad o el Estado, el dinero proviene en gran medida de una misma fuente: los impuestos de los ciudadanos de Chile. El Estado en sí mismo no es un gran productor de riqueza.
Toda la información usada en la elaboración de esta columna es pública. Cualquier persona puede acceder a ella a través del Portal Transparencia y siguiendo los criterios de búsqueda que señalo en cada caso.