La premisa de esta columna es que la matemática se trata de contar. Así es como, partiendo de un concepto básico denominado cardinal, recorremos todos los conjuntos numéricos posibles, desde los naturales hasta los octoniones.
En este post no solamente develo el misterio de la reproducción de las cigarras y la garantía que proporcionan los números primos a su conservación, sino que también abordo un montón de otros asuntos interesantes sobre este conjunto de números.
Las operaciones binarias reciben ese nombre porque involucran un cómputo entre dos números. En este artículo, propongo una manera de entender las operaciones matemáticas como resúmenes de unos objetos matemáticos llamados cardinales, que sientan las bases para la posterior construcción de los conjuntos numéricos.
Cuando uno es introducido en el dinámico mundo de las funciones matemáticas, es esperable (y deseable) conocer algunas de los atributos comunes a todas ellas. Lo importante es no quedarse con la noción de función como una entidad matemática estática, quieta, inmóvil: una función tiene vida, como el trayecto que sigue el fuego a lo largo de una línea de pólvora. ¡Sigue leyendo para descubrir más!
En matemática, una de las construcciones teóricas que más revuelo generó fue la teoría de conjuntos, que, en pocas palabras, vino a reformular el concepto de número que hasta entonces se había conocido. Las bases de esta teoría fueron sentadas por Georg Cantor, Richard Dedekind y Gottlob Frege, tres matemáticos alemanes.